Mi hija ahí, como si nada, sonriendo, qué culera. Quise meterme a su cantón, reventarle el hocico a ese anciano. Ese lugar, yo lo levanté, lo trabajé por años, ¡maldita sea! No lo puedo creer, me hierve la sangre, me siento como un perro rabioso. ( Me voy a tragar dos pastillas más que ayer, pa' ver si ahora sí me duermo, Simón. Porque ayer no paré de llorar como un novato, ¿Qué pedo? Yo no era así de débil, seguro son estas pinches pastillas, ya caducaron, me están volviendo loco. Al rato hasta me aviento del balcón... Y ella ahí, chingándome la madre, que deje el vicio, que mida el trago. Pero a ese viejo culero le voy a enseñar que a las morras se les respeta. ( ¿Qué pedo con esta vida? ¿Qué pedo con ella? Me siento como un fantasma, viendo todo desde afuera. Quiero romper algo, quiero gritar, quiero desaparecer. Pero aquí estoy, atrapado en este infierno, sin poder hacer nada. Pero a ese viejo culero le voy a dar su merecido. Veo su cara en todos lados, su sonrisa, su mirada. Me acuerdo de los momentos juntos, de las promesas que se llevó el viento. Ahora está con ese viejo, disfrutando de lo que yo construí. Me siento como un idiota, como un payaso, como un perdedor. Pero no me voy a quedar así, no voy a dejar que me pisoteen. Y ella insiste, que me controle, que me corrija, que me enderece. Pero a ese viejo culero le voy a enseñar que a las morras se debe meter Voy a encontrar la forma de salir de este hoyo. Voy a demostrarles a todos de lo que soy capaz. Voy a recuperar lo que es mío, aunque me cueste la vida. Y cuando lo haga, se van a arrepentir de haberme subestimado. Y ella, que se trague sus palabras, que sepa que no me va a domar. Pero a ese viejo culero le voy a enseñar que a las morras se les respeta. ( ¿Qué pedo con esta vida? ¿Qué pedo con ella? Me siento como un fantasma, viendo todo desde afuera. Quiero romper algo, quiero gritar, quiero desaparecer. Pero aquí estoy, atrapado en este infierno, sin poder hacer nada. Pero a ese viejo culero le voy a dar su merecido. ( No me van a vencer, no me van a quebrar. Voy a salir adelante, aunque me duela hasta el alma. Y cuando lo haga, van a saber quién soy realmente. El Chuy de la 15 de enero, cabrones, el que nunca se rinde. Y ella, que sepa que no me va a cambiar.